22 nov 2016

Bertrand Russell: "Hasta cierto punto, el odio que suscitaron los sofistas no solamente en la gente en general sino en Platón y los filósofos posteriores se debía a su mérito intelectual. La búsqueda de la verdad, cuando es auténtica, debe ignorar las consideraciones morales. No podemos saber de antemano si la verdad resultará lo que se cree edificante en una determinada sociedad. Los sofistas estaban preparados para seguir un argumento a donde quiera les pudiese llevar, frecuentemente al escepticismo. Uno de ellos, Gorgias, sostuvo que nada existía, que si algo existiese es incognoscible. Y aun garantizando que existe y que pudiera ser conocido por alguien, nunca podría comunicarlo a los demás. No sabemos cuáles fueron sus argumentos, pero bien puedo imaginarme que tenían una fuerza lógica que obligaba a sus adversarios a refugiarse en lo edificante. Platón se ocupa siempre en defender las ideas que harán al pueblo lo que él llama virtuoso; casi nunca es honrado intelectualmente, porque se permite juzgar doctrinas por sus consecuencias sociales. Hasta en eso no es honrado; pretende llevar el argumento y juzgar por normas puramente teóricas, cuando en realidad está torciendo la discusión, llevándola a un fin virtuoso" («Historia de la filosofía»; Madrid: RBA, 2009 [1945], páginas 121-122).
Bertrand Russell: "Hasta cierto punto, el odio que suscitaron los sofistas no solamente en la gente en general sino en Platón y los filósofos posteriores se debía a su mérito intelectual. La búsqueda de la verdad, cuando es auténtica, debe ignorar las consideraciones morales. No podemos saber de antemano si la verdad resultará lo que se cree edificante en una determinada sociedad. Los sofistas estaban preparados para seguir un argumento a donde quiera les pudiese llevar, frecuentemente al escepticismo. Uno de ellos, Gorgias, sostuvo que nada existía, que si algo existiese es incognoscible. Y aun garantizando que existe y que pudiera ser conocido por alguien, nunca podría comunicarlo a los demás. No sabemos cuáles fueron sus argumentos, pero bien puedo imaginarme que tenían una fuerza lógica que obligaba a sus adversarios a refugiarse en lo edificante. Platón se ocupa siempre en defender las ideas que harán al pueblo lo que él llama virtuoso; casi nunca es honrado intelectualmente, porque se permite juzgar doctrinas por sus consecuencias sociales. Hasta en eso no es honrado; pretende llevar el argumento y juzgar por normas puramente teóricas, cuando en realidad está torciendo la discusión, llevándola a un fin virtuoso" («Historia de la filosofía»; Madrid: RBA, 2009 [1945], páginas 121-122).
Amartya Sen: "La filosofía puede producir y produce una obra extraordinariamente interesante e importante sobre una variedad de temas que no tienen nada que ver con las privaciones, iniquidades y servidumbres de las vidas humanas. Así es porque así debe ser, y hay mucho que celebrar en la expansión y consolidación del horizonte de nuestro entendimiento en todos los campos de la curiosidad humana. Sin embargo, la filosofía también puede jugar un papel en aportar más disciplina y mayor alcance a las reflexiones sobre los valores y las prioridades tanto como sobre las frustraciones, o presiones y humillaciones que los seres humanos sufren a lo largo y ancho del planeta" («La idea de la justicia»; Buenos Aires: Taurus, 2014 [2009], página 446).
Amartya Sen: "La filosofía puede producir y produce una obra extraordinariamente interesante e importante sobre una variedad de temas que no tienen nada que ver con las privaciones, iniquidades y servidumbres de las vidas humanas. Así es porque así debe ser, y hay mucho que celebrar en la expansión y consolidación del horizonte de nuestro entendimiento en todos los campos de la curiosidad humana. Sin embargo, la filosofía también puede jugar un papel en aportar más disciplina y mayor alcance a las reflexiones sobre los valores y las prioridades tanto como sobre las frustraciones, o presiones y humillaciones que los seres humanos sufren a lo largo y ancho del planeta" («La idea de la justicia»; Buenos Aires: Taurus, 2014 [2009], página 446).
Raymond Aron: "El error que a mi entender cometen demasiados observadores es el de confundir las contradicciones internas, lo precario de un régimen, con la fatalidad de una evolución en un sentido determinado. Los filósofos griegos se mostraban más juiciosos al percibir en cualquier forma de régimen los gérmenes de la corrupción. Un régimen constitucional-pluralista constituye también un compromiso inestable, puesto que exige el respeto de reglas que gobierno y oposición tienen a menudo interés por violar. Esto no es obstáculo para que tales regímenes duren; pero mientras que la Historia continúe, es decir, mientras continúen los cambios sociales y los conflictos de intereses, no estarán nunca, en ninguna parte, 'definitivamente' estabilizados. Dependerán, en última instancia, del respeto que inspiren las reglas y de la voluntad que anime a los electores y a los elegidos a garantizar su salvaguardia" («Ensayo sobre las libertades»; México D.F.: Patria, 1991 [1965], página 96).
Cornelius Castoriadis: "Otro punto que brilla por su ausencia en el 'pensamiento político' contemporáneo: la pesada y masiva realidad de la nación. ¿De qué manera la universalidad de los principios a los cuales se remiten para 'fundar' la 'democracia' puede conciliarse, por otro lado, con la multiplicidad de las 'soberanías nacionales' (cuya gran mayoría, dicho sea de paso, funciona sobre la violación constante de estos principios)? ¿En qué consiste filosóficamente la 'soberanía nacional'? Macizo amontonamiento de hechos en bruto, frente a los cuales la filosofía baja los brazos o lleva a cabo compromisos vergonzosos con la 'realidad'. Parecería que, contrariamente a un autor muy conocido de fines del siglo XVIII, nuestros filósofos nunca se encontraron con franceses, ingleses, polacos, turcos, griegos, etcétera: siempre tuvieron un trato con hombres" («Figuras de lo pensable. Las encrucijadas del laberinto VI»; Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica de Argentina, 2006 [1991], página 162)
Juan José Sebreli: "Parecería ser que un humanismo racional basado en los derechos humanos no encuentra otro fundamento que el concepto de humanidad como intersubjetividad. La subjetividad es la conciencia que se tiene de todas las cosas desde la propia perspectiva. Si las percepciones fueran sólo válidas para uno mismo, se caería en el solipsismo. La conciencia de sí no es posible sin la conciencia de los otros, el individuo sólo lo es junto a otros individuos. La intersubjetividad permite comunicar y compartir las experiencias propias con los otros; de este modo se constituye la sociabilidad sin recurrir a entes colectivos por encima de los sujetos inividuales" («El malestar de la política»; Buenos Aires: Sudamericana, 2012, página 308).
Juan José Sebreli: "Parecería ser que un humanismo racional basado en los derechos humanos no encuentra otro fundamento que el concepto de humanidad como intersubjetividad. La subjetividad es la conciencia que se tiene de todas las cosas desde la propia perspectiva. Si las percepciones fueran sólo válidas para uno mismo, se caería en el solipsismo. La conciencia de sí no es posible sin la conciencia de los otros, el individuo sólo lo es junto a otros individuos. La intersubjetividad permite comunicar y compartir las experiencias propias con los otros; de este modo se constituye la sociabilidad sin recurrir a entes colectivos por encima de los sujetos inividuales" («El malestar de la política»; Buenos Aires: Sudamericana, 2012, página 308).
Juan José Sebreli: "Parecería ser que un humanismo racional basado en los derechos humanos no encuentra otro fundamento que el concepto de humanidad como intersubjetividad. La subjetividad es la conciencia que se tiene de todas las cosas desde la propia perspectiva. Si las percepciones fueran sólo válidas para uno mismo, se caería en el solipsismo. La conciencia de sí no es posible sin la conciencia de los otros, el individuo sólo lo es junto a otros individuos. La intersubjetividad permite comunicar y compartir las experiencias propias con los otros; de este modo se constituye la sociabilidad sin recurrir a entes colectivos por encima de los sujetos inividuales" («El malestar de la política»; Buenos Aires: Sudamericana, 2012, página 308).
Amartya Sen: "Al observar la naturaleza de las vidas humanas, tenemos razón al interesarnos no sólo por las diversas cosas que logramos hacer, sino también por las libertades que realmente tenemos para escoger entre diferentes clases de vidas. La libertad de escoger nuestras vidas puede hacer una contribución significativa a nuestro bienestar, pero al ir más allá de la perspectiva del bienestar la libertad misma puede verse como igualmente importante. Ser capaz de razonar y escoger es un aspecto significativo de la vida humana. En efecto, no estamos obligados a procurar sólo nuestro propio bienestar, y tenemos que decidir qué vale la pena buscar [...]. No hay que ser Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela o Desmond Tutu para reconocer que tenemos fines o prioridades que difieren de la búsqueda solitaria de nuestro propio bienestar. Las libertades y capacidades que disfrutamos también pueden ser valiosas para nosotros, y de nosotros depende cómo usar la libertad que tenemos" («La idea de la justicia»; Buenos Aires: Taurus, 2014 [2009], página 50).
"Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones. El desinterés les da la perfección".
No estamos nada de acuerdo con el señor Jean de la Bruyere (1645-1696), pues grandes salvajadas ha cometido la humanidad arguyendo los mejores motivos. Tampoco podemos determinar el mérito en función del fin, únicamente.
¿Ha de haber un cierto equilibrio? ¿Cómo lo determinamos?
"Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida."
La frase es de Agustín de Hipona (354-430)... ¿Es este uno de los grandes problemas de la humanidad, el tratar de cambiar a los demás -donde no tenemos poder alguno- en lugar de cambiarnos a nosotros, que sí es nuestra verdadera responsabilidad?
Decía George Bernard Shaw (1856-1950) que "la libertad supone responsabilidad, por eso la mayor parte de los hombres la teme tanto".
¿Y vosotros? ¿Creéis que, en el fondo, las personas tememos la responsabilidad que conlleva ser completamente libres?
Decía John Churton Collins (1848-1908) que "aunque el orgullo no es en sí mismo una virtud, es el padre de muchas de ellas".
La pregunta que os hacemos es simple... o no: ¿de cuáles?
"La gota horada la piedra, no por fuerte, sino por constante." -Ovidio (43 aC.-17dC)
Buen consejo, sin duda, sin embargo, ¿qué virtudes serían para vosotros las más importantes de cara a una vida plena?
"He buscado el sosiego en todas partes y sólo lo he encontrado en un rincón apartado, con un libro en las manos." -Thomas De Kempis (1380-1471)
Totalmente de acuerdo con la frase de De Kempis. ¿Qué libro os ha aportado esa "tranquilidad" espiritual, filosófica, etc., de la que habla el canónigo agustino?
"Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta".
Así define el amor el pensador norteamericano Sam Keen (1931). Y vosotros, ¿cómo lo definís?
LOS 7 OBJETIVOS DE NIETZSCHE
El "Dios ha muerto" de Nietzsche (1844-1900) fue una formulación referida al derrumbe de los valores vigentes hasta ese momento. ¿Qué pretendía el filósofo alemán?

1. Desenmascarar el falseamiento moral e intelectual de Occidente.
2. Retornar al verdadero bien y la única verdad: afirmar la vida.
3. Llegar a la transformación de todos los valores.
4. "Matar a Dios" era imprescindible, porque él era el creador de los viejos valores.
5. Empujar a los seres humanos a ejercer el papel de Dios: crear los valores del hombre nuevo.
6. "Matar" el tiempo que todo lo consume y afirmar el continuo y eterno retorno del mismo.
7. Crear al "Superhombre" solo es posible tras esas muertes. Con él se completará la transfiguración del ser humano en una nueva dimensión: un ser libre creador de auténticos valores nuevos.

17 nov 2016

HABLANDO CLARO
Son palabras de la poeta, ensayista y activista Adrienne Rich: "La 'cultura global' no es cultura: es el marketing global y la imposición de productos e imágenes de los intereses de unos pocos a costa de la mayoría". Y casi que diríamos lo mismo para todo aquello a lo que se pueda acompañar del adjetivo 'global'; es decir, 'conciencia global', 'pensamiento global'... ¿Más ejemplos?
¡MANOLOOOO...!
Nos ha gustado mucho la reacción a las palabras del alcalde de Cartagena (Colombia), Manuel Duque, quien aseguró en una entrevista de televisión, que los jóvenes pobres necesitan mejores herramientas que la filosofía para salir adelante. Os dejamos la noticia, pero sobre todo copiamos el hashtag porque nos encantó. A ver si se enteran Manolo y los que no son Manolo. 
#manololafilosofiasisirve
http://www.elheraldo.co/bolivar/de-que-le-sirve-que-le-des-filosofia-manuel-duque-300145
¿LIBERACIÓN SIN REVOLUCIÓN?
"El objeto principal de las revoluciones es la liberación del ser humano... no la interpretación y aplicación de una ideología trascendental", sostenía el eterno rebelde Jean Genet. Nos/os preguntamos si es posible una liberación sin revolución (entendiendo que esta puede ir desde un plano personal hasta uno colectivo, social...).
Donald Trump, nuevo presidente de los Estados Unidos. En solo 8 años, los ciudadanos de un país han pasado de votar a Obama a votar a Trump. ¿Así es la democracía, el mejor sistema que existe? ¿La democracia tal cual es ya no sirve, hay que reinventarla?
"Sólo el motivo constituye el mérito de las acciones. El desinterés les da la perfección".
No estamos nada de acuerdo con el señor Jean de la Bruyere (1645-1696), pues grandes salvajadas ha cometido la humanidad arguyendo los mejores motivos. Tampoco podemos determinar el mérito en función del fin, únicamente. 
¿Ha de haber un cierto equilibrio? ¿Cómo lo determinamos?
"Los hombres están siempre dispuestos a curiosear y averiguar sobre las vidas ajenas, pero les da pereza conocerse a sí mismos y corregir su propia vida."
La frase es de Agustín de Hipona (354-430)... ¿Es este uno de los grandes problemas de la humanidad, el tratar de cambiar a los demás -donde no tenemos poder alguno- en lugar de cambiarnos a nosotros, que sí es nuestra verdadera responsabilidad?
 
Hoy se celebra el Día Mundial de la Filosofía. Según la UNESCO, que lo declaró oficialmente en 2005, este día "se estableció para destacar la importancia de esta disciplina, especialmente de cara a la gente joven, y también para subrayar que la filosofía es una disciplina que estimula el pensamiento crítico e independiente y es capaz de trabajar en aras de un mejor entendimiento del mundo, promoviendo la paz y la tolerancia". Aquí van una pregunta y una propuesta: 1) ¿Crees que sirve para algo esto de los días mundiales e internacionales? 2) Danos un motivo para convencer a una persona del valor y la utilidad de la filosofía hoy.

27 oct 2016

Bertrand Russell: «La filosofía, a lo largo de su historia, ha constado de dos partes mezcladas inarmónicamente: por un lado, una teoría sobre la naturaleza del mundo; por otro, una doctrina ética o política sobre el mejor modo de vida. El no haber logrado separar las dos con claridad suficiente ha sido el origen de mucho pensamiento confuso. Los filósofos, desde Platón hasta William James, han dejado que sus opiniones sobre la constitución del universo fueran influidas por el deseo de edificación moral; sabiendo, según ellos suponían, qué creencias harían virtuosos a los hombres, han inventado argumentos, con frecuencia muy sofísticos, para probar que estas creencias eran verdaderas. Por mi parte, repruebo esta tendencia, tanto por razones morales como intelectuales. Moralmente, un filósofo que emplea su competencia profesional para algo que no sea la búsqueda desinteresada de la verdad, es reo de una especie de traición. Y cuando da por supuesto, antes de haberlo indagado, que ciertas creencias, verdaderas o falsas, son capaces de fomentar la buena conducta, está limitando de ese modo el alcance de la especulación filosófica y haciendo filosofía trivial; el verdadero filósofo está dispuesto a examinar 'todos' los conceptos previos. Cuando se ponen límites, consciente o inconscientemente, a la búsqueda de la verdad, la filosofía se paraliza por el temor y se prepara el terreno para una censura gubernamental que castigue a los que expresan "pensamientos peligrosos" –de hecho, el filósofo ha establecido ya tal censura sobre sus propias investigaciones» («Historia de la filosofía»; Madrid: RBA, 2009 [1945], páginas 890-891).
Juan José Sebreli: "Las revoluciones no surgen nunca de conspiraciones secretas, no son complots preparados por sectas subversivas, según la creencia típicamente policíaca del pensamiento de derecha. Las sectas subversivas existieron siempre en todas las épocas y en todos los países, y rara vez desencadenaron revoluciones, menos aún revoluciones triunfantes. A la inversa, cuando estalla la revolución, las sectas y sus dirigentes están ausentes o tienen escasa intervención. Los revolucionarios profesionales no sólo no preparan la revolución sino que son sorprendidos por los acontecimientos. El lugar de los revolucionarios profesionales en los días previos al estallido social no es nunca el de los hechos; no están en el centro de la tormenta, sino en la cárcel o más frecuentemente en el exilio, la biblioteca pública o el café bohemio adonde irá a sacarlos la revolución insospechada. El papel de las sectas o de los partidos políticos revolucionarios y de sus dirigentes no es hacer la revolución sino encuadrar a las masas y tomar el poder cuando el antiguo orden ya ha caído" («El vacilar de las cosas. Signos de un tiempo de transición»; Buenos Aires: Sudamericana, 1994, página 179).

¿Cómo ir al cielo sin pasar por el purgatorio?

Todos nos vemos confrontados de una forma o de otra con la muerte; la muerte de nuestros seres queridos y un día la nuestra propia. Pero, ¿cómo tener una imagen justa de la muerte? ¿Cómo podemos prepararnos para su llegada? ¿Cómo ayudar a aquellos que han de morir antes que nosotros? El cristianismo siempre ha puesto en valor la importancia de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural. De hecho, nos preparamos para la vida eterna desde nuestra vida terrenal. Pero, ¿es necesario pasar por el purgatorio?
La fidelidad a los sacramentos
Una reedición de la obra del sacerdote Martin Pradère Aller tout droit au Ciel avec la petite Thérèse [Ir directos al Cielo con Santa Teresita] desvela un secreto: cómo ir directos al Cielo sin pasar por el purgatorio. El autor sitúa de manera clara y detallada el purgatorio, en la Biblia, según la tradición, a partir de lo que dicen los santos. ¿Qué función tiene cada sacramento a la hora de prepararnos para llegar a la vida eterna?
El padre Pradère precisa, por ejemplo, que “la Eucaristía refuerza la caridad de aquel que, en la vida diaria, tiende a ser débil ante pecados veniales, y reaviva nuestro amor, nos capacita para romper los lazos disolutos en nuestra vida y profundizar las raíces de nuestra relación con Él”. ¿Qué hay de los otros sacramentos? ¿Cómo puede ayudarnos la fidelidad a los sacramentos para prepararnos para el Cielo?
¿El secreto de Teresa?
A través de su vida y sus escritos, Teresa de Lisieux, Santa Teresita, sin duda puede ayudarnos a prepararnos para el Cielo. El purgatorio existe, es un periodo de purificación antes de entrar al Paraíso. No obstante, el Señor prefiere que vayamos directamente al Cielo sin pasar por el purgatorio. Así que para agradar a Dios, debemos esforzarnos por ir directamente al cielo.
De hecho, el secreto de Teresa está en la caridad hacia Jesús y hacia nuestros hermanos y en la confianza del amor de Dios. Si amamos tanto como podamos desde la tierra, sin rechazar ningún pequeño acto de caridad, podremos ir al Cielo rápidamente.
La vocación de Santa Teresita es la de “pasar al Cielo haciendo el bien en la Tierra”. Así que, ¿por qué no intentar amar más desde esta vida terrenal? Viviendo la caridad de forma concreta desde hoy mismo, según nuestras posibilidades, nos prepararemos para ir directamente junto a Dios nuestro Padre.

¿En qué afecta la violencia televisiva a los niños?

Mecanismos psicológicos de asunción psicológica de la violencia
La violencia tiene un gran impacto en TV. Las investigaciones afirman que el 85% de los programas de ficción contiene violencia. Para hacernos una idea, un adolescente, antes de acabar este periodo evolutivo, habrá contemplado más de 13.000 muertes.
La contemplación de la violencia provoca violencia o al menos eso es lo que se supone, pero es difícil de demostrarlo empíricamente. Las variables que estarían implicadas en el impacto negativo de la violencia televisiva pueden ser las siguientes:
El contexto donde ocurre esa violencia: Si los contextos violentos que se nos ofrecen son similares a nuestro medio vital habitual, se podría dar un aumento de las actuaciones violentas por identificación con las mismas. La mayor parte de la violencia en TV ocurre en contextos interpersonales muy similares a nuestras propias vivencias.
La justificación de la violencia: La violencia gratuita tiende a aumentar el comportamiento violento, en la mayoría de las situaciones violentas que aparecen en la pequeña pantalla no se presenta como el último recurso sino más bien como el único. Los menores pueden acaba pensando que el ser violento es el único modo de ser.
El contenido de la justificación: Qué se nos puede decir con esa violencia. Los héroes violentos suelen erigirse en portadores de la verdad y la justicia, y dictaminan la bondad de los hechos por encima de los criterios éticamente aceptados por la sociedad.
La persona que percibe la violencia: Evidentemente la receptividad de la persona que está expuesta a las acciones violentas en la televisión depende de muchas variables, las principales podrí­an ser las siguientes:
Grado de frustración con el que se encuentre el televidente (situación puntual que acentúa la contemplación de la violencia).
Agresividad del perceptor (los más agresivos tienden a actuar de forma más violenta cuando ven violencia).
En el caso de los niños hay que añadir la fragilidad de sus criterios éticos, que les hace aceptar las expresiones violentas sin discernir su idoneidad.
La asunción de la violencia por parte de los más pequeños se puede explicar a través de distintos mecanismos psicológicos. Los más destacados podrí­an ser los siguientes:
Identificación: con los personajes de los programas televisivos. Mecanismo de raíces psicodinámicas que nos habla de la adopción³n como propia de las características del héroe por parte del niño.
Imitación: Condicionamiento Vicario. La imitación de un modelo socialmente aceptable, el héroe, por parte del menor.
Agudización: La violencia incrementará el comportamiento violento de sujetos propensos a la misma. Actuará como estímulo desencadenante en aquellos niños especialmente inquietos.
Ansiedad: El temor ante el entorno que se nos presenta como violento, conduce a respuestas defensivas que pueden producir respuestas de imitación, que en este caso serán respuestas violentas.
Asociación: Tiene que ver con el Condicionamiento Clásico. Se trata de asociar que ante situaciones de conflicto la única respuesta posible es la respuesta violenta. La repetición de este mecanismo va a generar otro proceso:
Activación del individuo: La repetición de respuestas violentas va a disminuir el umbral de sensibilidad del niño ante la misma y le va a facilitar emitir respuestas similares.
Desensibilización: Ley de la Habituación ante la repulsa de la violencia. La sucesiva exposición ante situaciones violentas produce que el niño cada vez sienta menos malestar ante las mismas. Esto podría explicar el silencio en los procesos de victimización entre iguales. Para un niño que está acostumbrado a aceptar las respuestas violentas no le va a suponer nada ver como maltratan a otro niño.
Pero el proceso de aceptación de la violencia televisiva y su traspolación a la vida real no sólo depende de variables individuales del niño. También©n la actitud familiar ante esta violencia influencia y facilita esa posible traspolación de la que hablamos. Entre las variables familiares implicadas en la repercusión de la violencia televisiva en los más pequeños estarán:
Comportamiento violento de los padres: un patrón de comportamiento violento por parte de algún progenitor o de ambos sumado a la contemplación de violencia en televisión puede aumentar las respuestas violentas en los niños, además de su justificación.
La contemplación de programas violentos por los padres: sobre todo cuando esta contemplación no es criticada, puede inducir a los menores a entender que si sus padres no condenan dicha violencia es que la misma es aceptable y, por tanto, ellos la pueden imitar con tranquilidad
Parece que hasta ahora estamos hablando sólo de series de ficción con personajes humanos, pero de la violencia tampoco se escapan los dibujos animados y las series de animación. En los dibujos animados las secuencias violentas son muy frecuentes. Los datos empíricos nos revelan datos sorprendentes:
El 40 % de las conductas violentas son ejecutadas por los protagonistas.
El 66% de las mismas son de carácter proactivo, no se producen como defensa ante nada.
El 75 % de las consecuencias de la violencia no aparecen o son mucho menores que en las de las de ficción reales.
La mayorí­a de las veces las conductas violentas están justificadas por un fin (amistad, justicia…)
No perdamos de vista que la abundancia de programas violentos a los que sometemos a los menores y la falta de respeto por parte de las cadenas televisivas en su compromiso de crear y cuidar franjas de contenido infantil no dejan de ser un maltrato institucional y social a la infancia. Sin embargo, que la violencia contemplada se plasme en la conducta personal dependerá¡, en buena parte, de la respuesta que den todos aquellos que tienen responsabilidades educativas sobre los niños: la familia, la escuela y los medios de comunicación.

7 oct 2016

¿Hitler “inventó” la crisis subprime? EL SISTEMA ECONOMICO DE HOY EN DÍA

No son pocos los sorprendidos al conocer que en la Segunda Guerra Mundial, el Departamento de Sabotaje de las SS de Hitler planeaba bombardear el reino Unido con un arma que podía llegar a desestabilizar todo el país. Esta arma no era una bomba atómica, ni un ataque químico, sino simplemente bombardear con libras esterlinas falsas.
Aunque parezca sorprendente, la inyección de moneda sin una garantía detrás de que la autoridad monetaria ha controlado su emisión, puede llegar a ser un arma absolutamente devastadora. Fue lo que denominó Operación Bernhard.
Esta operación consistía inicialmente en lanzar billetes desde un avión, presumiendo que la gente tendría más incentivo en hacer acopio de los billetes en lugar de entregarlos a las autoridades. Al final este método fue descartado en favor de un plan con efectos a más largo plazo. Decidieron realizar transacciones internacionales con cantidades crecientes de libras esterlinas falsas. Consiguieron poner en circulación cientos de millones de libras en los mercados internacionales de forma que poco a poco los billetes falsos fueron penetrando y circulando en los mercados británicos.
En Londres, una vez detectada la emisión fraudulenta de libras esterlinas, el gobierno británico se encontró con un serio problema. Tenía dos opciones: aceptar haber sido engañados, lo que les haría perder credibilidad financiera y aumentaría la desconfianza de los acreedores del Reino Unido en los mercados internacionales; o bien, mirar a otro lado, desentenderse y aceptar como legítimos los billetes falsos. Churchill optó por legitimarlos para salvaguardar el prestigio de la economía británica y mantenerlo como secreto de Estado. A la economía británica le costó cierto tiempo digerir los efectos económicos de esta inyección fraudulenta de liquidez.
Los efectos nocivos de un arma de este calibre son diversos. Los alemanes habían sufrido, en el periodo de entreguerras, procesos de hiperinflación derivados de las emisiones masivas de marcos para hacer frente a los pagos del Pacto de Versalles. Asistieron a la erosión no sólo su capacidad financiera sino también su capacidad productiva.
Por lo tanto, eran muy conscientes de que la inyección de dinero no acompañada de generación de valor económico real induce inflación y cuando las expectativas sobre una liquidez creciente se desbordan se entra en un bucle peligroso de hiperinflación.
Además, esta maniobra propicia la desconfianza en la moneda pues los usuarios desconocen si el billete que tienen delante es falso o no. Esta contaminación en la información genera desconfianza y provoca que los billetes legales existentes pierdan valor. Los ahorradores en libras esterlinas iban a sufrir un buen varapalo.
Por otra parte, la pérdida de credibilidad de una divisa se traduce en depreciación y, en consecuencia, las importaciones de ese país pasan a encarecerse. En resumen, un conjunto de efectos muy nocivos para la economía de un país.
Aunque, como decíamos, en apariencia pueda sorprender que el lanzamiento de billetes desde un avión sea un arma contundente, lo cierto es que hacerle frente es realmente complicado y sus efectos, devastadores.
Dada esta experiencia y el conocimiento de sus efectos, se esperaría que las economías estuvieran resguardadas con férreas regulaciones monetarias para evitar procesos similares. No obstante, no hace falta irse muy lejos para encontrar un ejemplo que nos atañe directamente.
Tras la guerra de Irak del 2004 y ante la necesidad de financiación de la balanza comercial de Estados Unidos, casi tres trillones de dólares, se popularizó la ingeniería financiera americana que revolucionaba los mercados de activos de todo el mundo.
Esta ingeniería financiera, que supuestamente aprovechaba las ganancias de una globalización más intensa, en realidad, se dedicaba a camuflar hipotecas sin garantías en activos de inversión. Todo bien mezclado para no poder distinguir el trigo de la paja.
Por otra parte, esta ingeniería basada en mezclar activos sin garantía que los respaldara no distaba de la estrategia de los nazis de crear libras esterlinas y lanzarlas en el Reino Unido. Desde entonces, se inundaron los mercados internacionales de activos tóxicos sin poder discriminar exactamente su ubicación pero conociendo su cuantía, casi tres trillones de dólares.
Las reacciones de las autoridades monetarias y de los gobiernos han sido las de aceptar la toxicidad de las carteras y realizar una digestión lenta y pesada de estos activos socializando las pérdidas con todos los efectos que ha conllevado.
Desde la crisis subprime del 2008 hasta la fecha actual, las economías se han resentido, los sistemas bancarios cerraron crédito estrangulando la economía real en un partida de póker en la que ninguna entidad quería revelar la toxicidad de sus carteras y, sobre todo, las grandes perjudicadas han sido las economías familiares sufriendo de manera más intensa todo el impacto.
Lamentablemente, cuando a inicios del presente siglo en un mundo globalizado y controlado por Occidente, creímos que ningún enemigo podría usar un arma económica como la planeada por los nazis, resultaron ser las propias instituciones bancarias de nuestros aliados las que desarrollaron la ingeniería financiera que desestabilizarían las economías industrializadas y que, sin lugar a dudas, hubiera sido la envidia del propio Bernhard de las SS.
Así pues, cuando nos sorprenda que lanzar libras esterlinas desde un avión haya podido considerarse una poderosa arma para desestabilizar una economía simplemente tendremos que recordar que, en gran parte, el origen de la crisis subprime del 2008 tiene los mismos fundamentos…y para colmo, se llevaban comisión.

3 oct 2016

Inteligencia Artificial: La carrera por crear una nueva especie

La experiencia histórica nos enseña que nos podemos rechazar nunca la posibilidad de algo, pero lo cierto es que, si nos atenemos a los datos actuales y a los procedimientos que se están siguiendo para investigar en el campo de la Inteligencia Artificial, se trata de una carrera que no parece que vaya a tener éxito.
Es seguro que podremos conseguir que una máquina actúe o hable de manera que parezca un humano, porque simule modos de comportamiento preestablecidos y tal vez de una variedad asombrosa, pero eso no es inteligencia.

La Inteligencia Artificial (la buena, la de verdad) no está en el horizonte

Es preciso plantear ciertas diferencias importantes. Existen ordenadores que son capaces de jugar a las damas sin cometer ningún error. Sí, como lo oyen, simplemente de manera perfecta. También a otros juegos sencillos como al tres en raya. El motivo es que sus programadores han establecido todas las posibilidades del juego y han creado un modelo que selecciona siempre la mejor jugada. La máquina “parece” que piensa, pero en realidad no lo hace: sigue con precisión un algoritmo que se ha elaborado magníficamente y que le lleva implacablemente hacia el siguiente movimiento.
Estamos de acuerdo en que algo así es asombroso, pero también tendremos que estarlo en que se puede conseguir porque el número de posibilidades es cuantificable y se puede jerarquizar. Hablamos de habas contadas.
Pensemos, por ejemplo, en el juego del ajedrez. Los avances que se han producido en los últimos tiempos han sido increíbles, pero también nos hemos dado cuenta de que no se puede preparar una computadora que seleccione el mejor movimiento posible sin margen de error.
Un jugador humano experimentado, o un profesional, es capaz de tener conocimientos precisos sobre jugadas y seguir líneas de juego bastante largas, pero en este punto la máquina tendrá la ventaja de que puede profundizar en todas las posibilidades y nunca olvida ni descuida nada. El problema es que el ajedrez es increíblemente complejo y por muy veloz que sea el procesador que siga “todas” las líneas de juego, empleará demasiado tiempo para que el juego sea interesante.
El jugador humano actúa de otra manera. Ha aprendido gracias a la experiencia que ciertos desarrollos no llevan a ninguna parte y selecciona sólo algunas posibilidades para analizarlas, según su estilo de juego o la estrategia que quiere seguir y que, además, adapta a su contrincante.
Aquí es donde el ordenador tiene las de perder. Incluso los mejores programas, a los que ni usted ni yo ganaríamos nunca, llegan a quedar en ridículo si juegan una y otra vez contra un humano cualificado, porque nosotros somos capaces de aprender de nuestra experiencia mucho más deprisa que los procesadores.
De todas formas, que la máquina sea capaz de ganar al ajedrez no es una prueba de que piense: de hecho no pensará como una persona, sino según una serie de criterios que son adecuados para jugar al ajedrez, pero que sólo sirven para eso. Como decíamos:parece inteligencia, pero no lo es.
El gran matemático y físico Hilary Putnam, implicado él mismo en desarrollos de Inteligencia Artificial durante muchos años, insiste en que lo que un ordenador puede hacer está muy lejos de parecerse a nuestro pensamiento. Es posible que una máquina que cuente con el suficiente tiempo (lo cuantifica aproximadamente en 5.000 años) aprenda cualquier regularidad, es decir, descubra las reglas recurrentes o leyes que regulan la naturaleza, pero no porque “piense”, sino por acumulación de datos.
Los seres humanos, por ejemplo los científicos, no tenemos tanto tiempo y precisamente por eso pensamos de forma intuitiva, creativa e inductiva: tenemos preferencia por las explicaciones más sencillas y más claras, seleccionamos gracias a la experiencia las posibilidades más prometedoras y agrupamos el conocimiento a través de asociaciones de las que surge la creatividad. Podríamos decir que los humanos somos geniales y que las máquinas son precisas, metódicas, pero en ningún caso creativas.

No sabemos cómo hacerlo, al menos todavía

Por utilizar una cita del propio Putnam: “no tenemos ni idea, ni siquiera un indicio, sobre cómo programar una máquina para que emita esa clase de juicios [inductivos]. Nunca se ha compuesto un programa serio a tiempo real para hacer inferencias inductivas; o sea, para aprender de la experiencia”.
Ahora bien, con la llegada del “internet de las cosas” nos vamos a encontrar aparatos de uso cotidiano que parecerá que piensan por sí mismos, y también habrá robot de forma humana más o menos conseguida que lograrán simular el pensamiento, pero no pensar. Y la diferencia es capital, porque un elemento mecánico dotado de inteligencia, libertad, personalidad, etc., sería una nueva especie y, lo que es más importante, sólo podrá acceder a un nivel como el que hemos descrito si es también un ser espiritual.
¿Llegará la ciencia a alcanzar una capacidad semejante?

30 sept 2016

Los tips de una persona soberbia, según santo Tomás de Aquino


¿Te crees mejor en todo? ¿Te cuesta ser compañero? ¿Te cuesta ver tus defectos pero criticas fácilmente los de los demás?

La palabra “soberbia” designa un vicio negativo del espíritu, el superior a todos. Para Tomás de Aquino, el soberbio es el que tiene un amor desordenado hacia su propio bien por encima de otros bienes superiores. Es amor desordenado porque, como el soberbio no se conoce como quién es, sino que tiene un conocimiento de sí como de aquél que quiere ser, desea para él lo que no le es adecuado. El santo lo describe como el apetito inmoderado de la propia excelencia que, de paso, rebaja la dignidad ajena.
Otra nota que el de Aquino atribuye a la soberbia es que este defecto radica en la voluntad, y, precisamente por eso, el conocimiento de si mismo está distorsionado. Por el contrario, el humilde sí que se conoce bien (“donde hay humildad hay sabiduría”, dice la Escritura). Por eso, para el santo, la soberbia impide la verdadera sabiduría. En rigor, el fruto seguro de la soberbia es la ceguera de la mente y la ceguera del corazón.
Santo Tomás distingue dos tipos de soberbio: el que se gloría en sus cualidades, y el que se atribuye cosas que en realidad le sobrepasan. Obviamente el segundo es peor –también más ciego– que el primero.
La soberbia tiene que ver con la vanagloria, es decir, del amor a la gloria mundana, porque tiende a ser considerado superior a quien se es, pues así como el honor social es –según Aristóteles– el premio debido de la virtud, la soberbia busca ese honor pero sin virtud.
La soberbia se presenta sobre todo en dos frentes: en el de la ciencia, y en el del poder. En cuanto a la ciencia, es bien conocido que ésta hincha, pues el que se cree que sabe, todavía no sabe como es debido. Por lo que al poder respecta, dos son las posibles causas de soberbia: la altura del status y las obras. No es extraño, pues, que, sobre todo en una sociedad como la nuestra donde “mandar” y “obedecer” no significan exclusivamente “servir”, la soberbia se manifieste en el sentirse “señor” del cargo en vez de “administrador” del mismo.
Seguidamente se intentan rastrear tres ámbitos de este defecto. Se atiende, en primer lugar, a la soberbia para consigo mismo; en segundo lugar, para con los demás y, por último, con referencia a Dios.
Soberbia personal
La actitud soberbia lleva al convencimiento de que sin el propio criterio y experiencia difícilmente se acierta en un tema o se realiza algo con corrección. Manifestaciones suyas son la arrogancia y la jactancia: cuando se siente pagado de sus propios éxitos por encima de su verdadera valía. El soberbio siempre habla seguro de sí, de forma rotunda, y no es capaz de admitir que otros le pueden hacer cambiar de criterio. Nunca reconoce que se ha equivocado.
Soberbia propia es, sobre todo, creer que el sentido delser personal que se es coincide con el del yo que uno se ha forjado con sus títulos y curriculum y con el que barniza su mirada y actuación. En el fondo, para captar el sinsentido de la soberbia, tal vez valga la pregunta del libro de la Sabiduría: “¿De qué nos ha servido la soberbia?”, pues si por ella agoniza el propio ser personal, tras su pérdida ¿qué se podrá ganar?
Soberbia respecto de los demás
Saber que uno es mejor que los demás en algo no es en sí soberbia (es muy posible que esté fundado en la realidad), pero hay que sospechar cuando uno es mejor “en todo” y tiende a despreciar las capacidades de los demás.
Al soberbio se le “ve venir”: anda con el cuello erguido y tiene miradas altivas, indiferentes o, incluso, aparta la vista de los demás. El soberbio no favorece la libertad ajena, sino que tiende a uniformar a los demás según su criterio. La soberbia promueve asimismo la injuria, pues tras solidificar una concepción tan fijista como rebajada de demás; tiende a ponerles etiquetas en base a sus propios juicios.
Asimismo, el orgulloso se inclina fácilmente a airarse, incluso por nimiedades, cuando algo contraría su voluntad. Soberbia es también cometer claras injusticias a los inferiores sin repararlas ni pedir perdón por ellas. Cuando es él el agraviado, guarda permanente rencor al agresor.
Es difícil trabajar con un soberbio, porque tiende a ver a los demás no como compañeros sino como subordinados;se fija más en los defectos de los demás que en sus virtudes; intenta controlar en concreto el trabajo de los demás, siendo el propio inmune a todo control; el aparentar interés ante la presencia de otros cuando en realidad no se ven sino personas que molestan a sus propios intereses.
El soberbio es un ingrato cuando le ayudan; suele negarse a desempeñar tareas “inferiores” y se “excusa” cuando le corrigen . Le gusta preguntar no para aprender, sino para poner en un brete al otro; objetar no para ayudar, sino para hacer valer la propia opinión. Suele tender a la precipitación en las decisiones de gobierno; a la pérdida de tiempo en asuntos insignificantes; a la desobediencia a sus superiores, y cuando es él el superior, tiende a extralimitarse mandando algo fuera de lo debido, y a sentirse “intocable”.
Es orgullo el desprecio (máxime sin justificación racional) de cualquier otra opinión, parecer, ajeno. Otra muestra es el juicio temerario sobre asuntos inciertos y realidades futuras. Y otras, laindignación, el desdén hacia el consejo sensato de los demás, etc.
Soberbia respecto de Dios
Una vida engreída, centrada en el yo, tiende a perder de su horizonte existencial a Dios. En el fondo, si el yo recaba su propia finitud, tal pretensión favorece el ateísmo. Para Agustín de Hipona, la soberbia no es más que una perversa imitación de Dios, al único que se le debe la gloria y el agradecimiento por todo. En cambio, para Tomás de Aquino, negar a Dios es mayor soberbia que pretender ser como él. En esa situación no se pierde, desde luego, la “idea” de Dios, pero el trato “personal” con él se torna, primero una cosa pesada, y luego desaparece.
El soberbio concibe a Dios, más que como un Padre, como una achacosa abuela de ojos ciegos para con los delitos del nieto; es en el fondo, un abusador de la misericordia divina. En suma, soberbia es hacer la propia voluntad, no la divina.
La aversión a Dios que este defecto provoca es distinta a la que provocan los demás vicios, pues en aquéllos uno se separa del ser divino bien por debilidad o bien por cierta ignorancia, mientras que en éste el rechazo se produce por el hecho de que no se le quiere aceptar, ni a él ni a sus mandatos. De otro modo: los demás vicios huyen de Dios, pero la soberbia se enfrenta a él.
Tomás recoge una Glosa medieval en la que se añadía que si bien este defecto es lo que más pronto aparta de Dios, también es lo que más tarda en volver a él. Por eso es tan peligrosa.

ás?

28 sept 2016

Zygmunt Bauman: “El diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”

Bauman, nacido en Poznam en 1925, tuvo que emigrar con su familia a la entonces Unión Soviética cuando apenas era un niño, huyendo de la persecución nazi. Nuevamente, en 1968, tuvo que huir del que entonces era su país, escapando de la purga antisemita que siguió al conflicto árabe-israelí. Se radicó temporalmente en Tel Aviv, para luego terminar en Inglaterra, donde hizo carrera en la Universidad de Leeds. En una entrevista relativamente reciente (de enero de este año) con Ricardo De Querol para Babelia, en El País, explica cómo las redes sociales, si bien han cambiado en buena medida la manera las formas tradicionales del activismo social, no son sino un sustituto de la formación de auténticas comunidades.


Ricardo De Querol inicia su pregunta a propósito de las redes sociales citando al propio Bauman, quien señala que el activismo online es “activismo de sofá”, y que la Internet las más de las veces sólo nos “adormece con entretenimiento barato”.  De Querol pregunta, así, si las redes sociales no son, parafraseando a Marx, el nuevo “opio del pueblo”. Bauman no duda en responder que la identidad, como las comunidades, no son algo que se deba crear, sino algo que “se tiene o no se tiene”.
“Lo que las redes sociales pueden crear” –señala el sociólogo- “es un sustituto. La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales”.
Estas habilidades, señala Bauman en su entrevista con De Querol, se desarrollan en el contacto cotidiano humano directo, en espacios compartidos, sean públicos o privados: en la calle, en los espacios de trabajo, en los que es necesaria una interacción “razonable” con la gente; esto es, en interacciones que exigen de diálogo, negociación y de apertura.
A propósito de ello, Bauman no duda en evocar el hecho de que el Papa Francisco concedió su primera entrevista después de haber sido electo como Sumo Pontífice a un periodista abierta y militantemente ateo, Eugenio Scalfari. “Fue una señal”, señala Bauman: “el diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”.

27 sept 2016

Paz y perdón, las palabras que retumban en Colombia

Las estrofas de la novena sinfonía de Beethoven, el Himno de la alegría, fueron las que sellaron un acontecimiento histórico no solo para Colombia, sino para toda América Latina. Décadas de violencia, guerra y calamidades empezaron a quedar atrás.
El gobierno de Colombia y las FARC firmaron este lunes el acuerdo final de paz en una ceremonia emotiva -donde el color blanco fue el gran protagonista-  en la localidad de Cartagena de Indias, posiblemente reconocida desde ahora como “ciudad de la paz”.
Centenares de testigos acompañaron el momento. Jefes de Estado, jerarcas de organismos internacionales, miembros de la sociedad civil, así como representantes de diferentes credos religiosos, entre ellos el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
Todo comenzó con el canto de mujeres víctimas del conflicto. Luego con la rúbrica del acuerdo final y posteriormente con los discursos, que estuvieron a cargo, en primer lugar, del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, quien saludó el proceso de negociación.
Pero uno de los momentos más significativos de la ceremonia se dio cuando el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, “Timoleón Jiménez”, a su tiempo, pidió perdón a las víctimas de la guerra.
“Sinceramente, perdón a todas las víctimas del conflicto”, expresó.
Por su parte, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, también saludó el proceso de negociación que tuvo como desenlace la firma de la paz y dio la bienvenida a las FARC a la vida democrática del país.
Además, tuvo unas palabras de agradecimiento para con la comunidad internacional, entre ellos para el papa Francisco. “Y gracias, muchas gracias al papa Francisco, cuyos mensajes y oraciones animaron siempre nuestro camino hacia la paz”, indicó Santos.
La construcción de la paz recién empieza
El momento de júbilo y alegría, con palabras que están retumbando en diversos rincones del país, no debe opacar el anhelo más profundo de los colombianos que sueñan con una paz duradera.
El 2 de octubre el pueblo dará el veredicto final a este proceso a través de un plebiscito. Y en ese sentido, hay luces y sombras, pues no todos están de acuerdo con este proceso.
Hay muchas voces que se oponen radicalmente a la negociación (incluso entre cristianos) que se llevó a cabo entre el gobierno y las FARC, principalmente desde el lado de las víctimas del largo conflicto armado, así como en torno al futuro de los guerrilleros, puntualmente de los cabecillas, quienes deberían cumplir -expresan los que se oponen- determinadas penas que no serán contempladas en este acuerdo.
El expresidente Álvaro Uribe es uno de los que encabezan la oposición al acuerdo que se selló este lunes. A través de una carta difundida de puño y letra señala, entre otras cosas, que “los textos de La Habana no garantizan la paz” a pesar de que sea algo querido por todos.
Para Uribe, el acuerdo es de “impunidad total, viola la Constitución y las normas internacionales”. 
Es por ello que el proceso tiene luces y sombras, pero eso no quita que todos los colombianos anhelen lo mismo.
Organizaciones internacionales católicas celebran
“El Grupo de Trabajo por Colombia – GTC, integrado por 10 organizaciones Caritas de la Iglesia católica en Europa y Norte América y la alianza CIDSE de 18 organizaciones de desarrollo católicas europeas y norteamericanas, saludan los esfuerzos realizados para superar las violencias que históricamente han afectado a hombres y mujeres de diversas edades en todo el territorio nacional, especialmente a poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad como la infancia, mujer, grupos étnicos, campesinado, que habitan zonas rurales y fronterizas, así como a las organizaciones defensoras de Derechos Humanos”.
Estas consideraciones fueron emitidas este lunes a través de uncomunicado y dejan de manifiesto la reiteración del compromiso cercano con la sociedad colombiana y su conflicto.
Volver a ser hermanos
“Esta oportunidad que se nos presenta nos exige un ideal común para el país, una visión clara de la nación en la que todos nos veamos identificados y comprometidos, para no perdernos en la dispersión de esfuerzos”, indican los obispos de Colombia en el comunicado difundido luego de la última asamblea plenaria denominado Artesanos de la Paz, bienaventurados los que trabajan por la paz.
La Iglesia católica en Colombia tomó una posición de neutralidad frente al plebiscito del próximo 2 de octubre. Sin embargo, no es ajena al proceso y ya está pensando en los desafíos a futuro como ser el trabajo a largo plazo en la etapa del posconflicto.
“Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día, ven canta sueña cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos”.
Así finalizó la ceremonia de este lunes. Pero la etapa de construcción que podrá de una vez por todas hacer valer lo que dicen esas líneas recién empieza.

Esperanza, la exguerrillera de las FARC que pide perdón por las calles

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”, firmaroneste lunes 26 se septiembre un anhelado acuerdo de paz que pone fin a un conflicto armado que causó en los últimos 52 años al menos 260.000 muertos y casi 7 millones de desplazados.
Ahora se espera el plebiscito del 2 de octubre donde el pueblo colombiano dirá la suya: ‘Sí o No’.
No obstante, en esta estrecha respuesta hay un mar de historias de vida. Están las historias de quienes piden perdón y de los colombianos que pueden aceptarlo con nobleza o en el caso contrario, negarlo.
En este video, Esperanza exguerrillera de las FARC desnuda su alma ante las cámaras. Ella fue reclutada por las FARC cuando solo tenía apenas 13 años. La mujer pidió a Antanas Mockus, ex candidato a la presidencia de Colombia, quien perdiera las elecciones contra Juan Manuel Santos, que le ayudara para confesar su culpa y pedir perdón a los colombianos por su pasado.
Un gesto motivador. Esperanza es una madre que se expone al repudio publico por su hijo de un año. Ella abandonó las armas porque su corazón de madre le decía que era hora de construir un país mejor y sin guerra, lejos de la ideología del conflicto.
Antanas Mockus, el exalcalde de Bogotá, es un matemático y pedagogo que por años ha querido enseñar a la ciudadanía a no botar papeles en la calle y respetar los semáforos rojos en una urbe de 8 millones de habitantes. Coherente, ahora presenta una pedagogía del perdón que enseña que detrás de la guerra hay personas y no “verdugos sanguinarios”.
Hombres y mujeres que combatieron entre sí en el monte colombiano y fueron víctimas y victimarios de la violencia. Ellos hoy tienen el “corazón en un puño” en este proceso de reconciliación. Seres de carne y hueso de un bando u otro del conflicto que viven un “plebiscito eterno” con una única cuestión:¿Mis hermanos colombianos, me perdonarán?
Esperanza no niega su pasado como recluta de las FARC, pero se considera también víctima de la guerra. Una niña en la pubertad con un fusil que fue llevada al monte para luchar una guerra ajena. Un círculo vicioso durante 52 años de “hermanos contra hermanos”.
Esperanza -perdió el significado de su mismo nombre- fue obligada a hacer algo que no entendía y para lo que no nació. De las muñecas tuertas que su madre campesina pasaba entre sus hijas mayores a las menores a empuñar un arma.
A los 13 años fui reclutada por las FARC, hoy pido perdón. Me das un gran abrazo”, escribió Esperanza en una pancarta. Después salió más atemorizada que en su primer día de joven recluta de las FARC a contar su historia en una calle de Bogotá.
Esperanza se puso un pañal de tela de su hijo en la cabeza -saben, de esos que se usan en el monte cuando hay privaciones- para taparse los ojos y con el cartel en su mano explicó a la gente que quería sentir el abrazo consolador de quienes podían odiarla por ser una ex guerrillera de las aborrecidas FARC.
“¿Se atreverían a abrazar a esta mujer?”, preguntó Antanas Mockus en su Facebook al publicar el vídeo que se ha vuelto viral.
En este contexto humano e incomprensible para quien está fuera,el perdón es el respiro vital del alma. Y quizás para que llegue la paz a Colombia, cada hombre y mujer esa tierra martirizada deberá abrazar a su supuesto enemigo y verlo como lo que es: un padre, una madre, un hijo, o un hermano.
El Evangelio nos enseña que “hay que pedir perdón sinceramente, con el corazón, y de corazón debe ser dado a quien nos ha ofendido”, esto parafraseando al papa Francisco (10.03.2015).
No perdamos esta oportunidad de abrazar al hermano que nos lo pide con sinceridad y quizás el perdón se extienda con brazos cálidos estrechando todo hogar y rincón de Colombia y quizá del mundo.
El presidente Santos ayer lo dijo: “Este es un conflicto menos en el mundo”.

Lo que Dios me enseñó sobre ansiedad y control

Permitid que os diga una cosa que, demasiado a menudo, yo mismo también olvido.
Dios está aquí y está activo.
muy activo de veras.
Aunque, sinceramente, tengo dificultades a la hora de entender y aceptar este hecho completamente.
Me explico.
Veréis, yo quiero control. Cuando era niño, dos acontecimientos de gran importancia dejaron mi mundo patas arriba. Mis padres se divorciaron y nos mudamos a una nueva ciudad, al mismo tiempo.
Fue una época de gran ansiedad debido a la gran incertidumbre. Volviendo la vista atrás, estoy seguro de que tuve unos cuantos ataques de pánico y un nivel de preocupación constante diario.
Para poder lidiar con mis problemas, mi padre me enseñó a crearme objetivos. La clave, me decía, está en confeccionar una visión clara de quién quieres ser y qué quieres hacer, luego trabajar duro, sacrificarte y mantenerte fiel. Y funcionó.
Era una sensación embriagadora, establecer un objetivo, conseguirlo y pasar al siguiente. Tenía el orgullo bastante inflado. Me encantaba recibir la aprobación de los demás. Y me concedía el control.
Ya no soy ningún niño, pero ese chico vive dentro de mí (y, como dijo un sabio, “el niño es padre del hombre”). Y a medida que he ido creciendo, he caído en la cuenta de que, aunque mi visión ha madurado y mis objetivos han cambiado, la verdad es que quiero incluso más control. Y aun así, tengo menos.
Ahora me doy cuenta de que hay cosas que nos suceden y que escapan a nuestro control.
Nos hacemos mayores. Cometemos errores. No siempre podemos resolver nuestros propios problemas o los de nuestros seres queridos simplemente trabajando duro. No podemos controlar el mundo en el que vivimos, ni siquiera nuestro propio barrio.
Y esto es algo inquietante.
Para alguien que se escabulló de la ansiedad infantil simplemente garabateando listas de objetivos en una agenda en blanco barata y esforzándose con tenacidad por lograr esas metas, esta pérdida de control puede ser un desencanto, si no directamente algo aterrador.
Pero aquí es donde empecé a aprender sobre la fe.
Me refiero a la fe verdadera.
Si creo en Dios —hablo de creer en que Dios está aquí ahora, que es una presencia activa y que me ama como soy, pero que quiere que sea algo maravilloso a sus ojos—, entonces tengo que confiar en Él. Tengo que desprenderme de todos mis rígidos esquemas.
Tengo que renunciar al control.
Pero es algo difícil, casi imposible. Arriesgado. Peligroso. Es un proceso de día a día en el que tener fe en que Dios es quien dice ser. Y que puedo confiar en Él.
Y a pesar de que he tenido dificultades con la crudeza de esta realidad, que afecta a mi propia seguridad, al centro mismo de mi identidad, me ha tranquilizado que otros mucho más grandes que yo han pasado por las mismas dificultades.
La gran oración de Thomas Merton me ha ayudado mucho:
“Señor mi Dios: No tengo idea de hacia dónde me dirijo. No veo el camino delante de mí. No puedo saber con certeza a dónde me lleva. Ni siquiera realmente me conozco a mí mismo. Y el hecho de que piense que te estoy siguiendo no implica que realmente lo esté haciendo. Pero creo que mi deseo de agradarte realmente te agrada. Y espero tener ese deseo en todo lo que haga. Espero no hacer nunca nada fuera de ese deseo y sé que si actúo así Tú me dirigirás por el camino correcto, aunque no conozca nada de él. Por lo tanto, confiaré siempre en Ti a pesar de que parezca estar perdido y en sombras de muerte. No temeré, porque Tú siempre estarás conmigo, y nunca me dejarás enfrentar mis peligros solo”.
La perspicacia del beato John Henry Newman me ha guiado:
“Dios me ha creado para una misión concreta. Me ha confiado una tarea que no ha encomendado a otro. Tengo mi misión. Puede que nunca la conozca en esta vida, pero me será revelada en la futura. (…) Por eso confiaré en Él. Sea lo que sea, esté donde esté, jamás seré abandonado. Si estoy en la enfermedad, mi enfermedad puede servirle; si en la perplejidad, mi perplejidad puede servirle; si estoy en el dolor, mi dolor puede servirle. Mi enfermedad o perplejidad, mi dolor puede ser la causa de un gran fin, que está muy por encima de nosotros. Él no hace nada en vano; Él puede prolongar mi vida, o la puede acortar; Él sabe lo que quiere. Puede quitarme mis amigos, puede dejarme entre extraños, me puede hacer sentir desolado, hacer que mi espíritu se hunda, ocultarme el futuro. Aun así, Él sabe lo que quiere”.
Y san Juan Pablo II me ha animado:
“No tengan miedo. No estén satisfechos con la mediocridad. Acechen en lo profundo y bajen sus redes para una pesca”.
Y simplemente por enfatizar el mensaje, no llegué hasta estas palabras de estos grandes hombres por mi propio esfuerzo. Creo que fueron depositadas ante mí por la mano invisible del Espíritu Santo.
En medio de la incertidumbre de la vida, no estamos llamados a tener el control. Estamos llamados a tener fe.
Si creemos en Dios –creemos de verdad en que es quien dice ser y que cumplirá lo que promete–, entonces estamos llamados a deshacernos de nuestros miedos y entregarnos a los brazos de Cristo.
Estamos llamados a regocijarnos en el amor en el que nacimos, en la dicha que encontramos en los misterios de la vida y en la paz que encontraremos al final de todo en nuestro futuro hogar celestial.
No tengo un control total. Y está bien.
Dios está aquí y está activo.
Y eso me aporta una gran paz.