9 sept 2013

MITOLOGÍA DEL AMOR. CUPIDO Y EL ALMA.


Desde el comienzo los hombres se han preguntado lo que es bueno y lo que es malo, por tantas cosas y han creado mitos como respuestas, hoy también entendemos el mundo en base a esos mitos. Imaginaron dioses que podían volar, dioses que manejaban a su antojo la naturaleza, titanes que daban origines a lo humano, guerras de dioses celosos u objetos que encerraran los males del cosmos.
Esto lo hemos perdido en el tiempo, el mito es una red narrativa, es una memoria colectiva, los viejos cuentan sus historias. Los poetas son guardianes de los mitos, todas estas historias son un consuelo a nuestra condición, y el destino que marca el paso.
Quiero iniciar este dialogo ayudándome del mito de Eros y Psique, Ovidio es un escritor griego que vivió del 43 a. 17 d C., se destacó con sus historias de  Metamorfosis, como por ejemplo la de Eros y Psique, Eros griego el cupido romano. Diría alguno el Dios de las flechas y corazones.
I.                  Érase una vez un rey y una reina que tenían tres hijas, de las cuales la menor, llamada Psique, era la más inteligente y bella. Todas las personas dejaron los templos de Venus,(los dioses eran celosos, complicado). Tantas eran las virtudes de Psique, que despertó los celos de la diosa Venus, la diosa del amor y la belleza, quien decidió mandar a su hijo Cupido a herirla con una de sus flechas, para que se enamorara del peor monstruo de la tierra[1].
Cuando se disponía a cumplir la orden, Cupido la encuentra dormida, queda anonadado de su belleza (atracción) se pinchó accidentalmente con una de sus flechas y al instante quedó perdidamente enamorado de Psique (ataxia)[2].
El pide ayuda a apolo, medico de los dioses (Juramento de hipocrates). Dios de la verdad, de la música y la ayuda. Tan grande era su pasión para ganar su amor, que pidió desaparecer de inmediato a todos los demás pretendientes.
El rey, intrigado por esta situación, también pidió consejo al dios Apolo, quien le recomendó que la llevara a la cumbre de una montaña para que un dios la desposara. (El jardín de cupido).
Como no era bueno contrariar a los dioses, a pesar del dolor por tener que separarse de su hija, los padres cumplieron con su mandato.
Cuando Psique se quedó sola, lloró desconsoladamente hasta quedarse dormida. Cuando despertó, se encontró recostada sobre una alfombra de hierba fresca, en el jardín de un magnífico palacio, escuchando una voz que le decía que ese palacio era suyo y que podía disponer de todo lo que había.
En las noches la visitaba un amante secreto, de incognito (Apariencia, mascara), él le pidió que no mirara su rostro, porque era un Dios y no quería que lo viera como Dios sino como hombre, que de ese modo fuera su amor (Sin Interés) ser querido como un hombre y no como un dios.
Si alguna vez su curiosidad la vencía, ambos se separarían para siempre, porque donde hay amor no debe existir la desconfianza”.
Pero como Psique se aburría durante el día, quiso que vinieran sus hermanas a visitarla, deseo que su esposo le concedió, aun sospechando que no sería una feliz decisión. Al ver la felicidad y la opulencia en que vivía Psique se apoderó de ellas la envidia y decidieron urdir un plan para arruinarle la vida.
Apelando al hecho que Psique nunca había visto a su marido, sus hermanas le llenaron la cabeza de dudas y recelos, forzándola a descubrir su rostro mientras dormía y a llevar un cuchillo por las dudas. La convencieron de que era un monstro.
Fue así como una noche Psique se atrevió a iluminar su semblante con una lámpara, cuando cupido dormía, quedando maravillada por la gracia y belleza de Cupido, que al ver la luz se despertó, encontrándola con el cuchillo en la mano, decidiendo marcharse, por no haberse respetado su condición. Sin confianza no hay amor”.
En su desesperación, Psique pidió ayuda a los dioses, diosa Demeter especialmente quien le dijo que tendría que pedirle perdón a Venus, la madre de Cupido, a quien sin saberlo había ofendido.
Psique en su desamor, abandonada.
Venus, se frotaba las manos.
Cupido triste, despechado.
Celos y envidia se enfrenta a psique, le cortan el pelo y le dan una golpiza.
Venus la somete a unas tareas
1.     La coloca a clasificar granos y cupido le envía hormigas para que le ayuden.
2.     La envía en medio de Carneros salvajes, a traer millones de vellones, y cupido coloca a dormir los carneros.
Venus la acusó de hechicera; y deseando vencerla, la sometió a una última prueba aún más difícil.
3.     Debería bajar al Averno (Hades, Infierno) y llenar un cofre con una parte de la belleza de Proserpina, deidad de vida, muerte y resurrección y base de un mito de la primavera. Diosa del mundo subterráneo, Cupido habla con Caronte,  para guardar en un cofre la belleza.
Sabiendo que eso era más que imposible, Psique decidió suicidarse arrojándose desde lo alto de una torre. Pero antes de caer al vacío escuchó una voz que le prometió guiarla durante su travesía; pero con la condición que una vez que se llenara el cofre con la belleza de Proserpina no debería abrirlo jamás.
Psique hizo todo lo que le aconsejó la extraña voz, pero un deseo vehemente de curiosidad la obligó a abrir el cofre. Cuando la caja se abrió, un sueño mortal la invadió y se desplomó sobre el camino como fulminada por un rayo. Cupido, que la había estado buscando, la encontró, pudo volver a encerrar el sueño en el cofre y después la despertó con un beso.
La alzó con suavidad y levantó vuelo llevándola con él hasta el monte del Olimpo, donde Júpiter, dios del firmamento los unió oficialmente en matrimonio para siempre.
Psique alma, cupido, superaron las dificultades. Toda, la pareja de feliz.
Venus, la tranquilizan con voluntas o edone (Placer) los hijos.
La mortal se hace inmortal. Psique es alma. Es el soplo divino. Se entregan en un beso de amor.



[1] Inspiración de Blanca Nieves y los siete enanitos.
[2] La ataxia (del griego a- que significa "negativo" o "sin" y taxiā que significa "orden") es un síntoma o enfermedad que se caracteriza por provocar la descoordinación en el movimiento de las partes del cuerpo de cualquier animal, incluido el hombre. Esta descoordinación puede afectar a los dedos y manos, a los brazos y piernas, al cuerpo, al habla, a los movimientos oculares, al mecanismo de deglución, etc

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