29 sept 2013

MAQUIAVELO


NICOLÁS Maquiavelo era un florentino quince años más joven que Savonarola, de modo que pudo ver su trayectoria, magnífica primero, hasta ser el personaje principal de Florencia, y su estrepitosa caída más tarde.
La singular carrera del predicador impresionó profundamente a Maquiavelo, que extrajo de la vida de aquél dos enseñanzas: 1, que no hay que ser más papista que el Papa, y 2, que no sirve de nada tener pasta de líder si no se cuenta al mismo tiempo con el apoyo de las armas.

¡Es tan cambiante el ánimo de las masas! “La chusma e mobile cual piuma al vento.” Sólo las armas ponen a cubierto de esa “movilidad” temperamental de las muchedumbres.

La vida de Maquiavelo fue relativamente agitada a partir de los veintinueve años, en que ganó en concurso público un importante cargo administrativo en el Consejo de Florencia, con un sueldo de 200 florines, menos el 20 para la Caja de Previsión, el 15% para el fondo de Desahucio, el 10% de impuesto a la renta, el 8 % para la construcción de escuelas, el 5 % para reconstruir las ciudades asoladas por erupciones volcánicas y el 4 % para alguna finalidad que nunca pudo determinar con claridad. En varias ocasiones pidió que se quedaran con el sueldo líquido y le dieran a él los descuentos, pero sus solicitudes todavía están en trámite.

Maquiavelo era astuto y ambicioso. Deseaba hacer fortuna y, con este fin, primero le hizo empeño al gordo de la lotería, pero después de cinco años, en que sólo tres veces sacó terminación, intentó otro método: hizo cuanto pudo por ganarse la simpatía de los Médicis y de los Borgia, pero en esto tampoco tuvo mucha suerte. Los Borgia y los Médicis lo encontraban picante y medio pelo, así es que siempre lo trataron con frialdad. Tentando a la fortuna por otro flanco, Maquiavelo pidió a don Ludovico Corsini, hombre rico y linajudo, la mano de su hija Marietta, una muchacha bien dotada1. El señor Corsini accedió a la solicitud de Nicolás cuando éste aún no terminaba de hablar, de modo que, antes de que tuviera tiempo de pensarlo dos veces, se encontró casado con la opulenta Marietta, la que abrió una cuenta corriente bancaria a nombre de Maquiavelo, el que la usó de inmediatopara comprarse un traje, pues, si bien es cierto que entonces se usaba la ropa brillante y con flecos, era mal visto que el brillo se concentrara en los codos y asentaderas, y que los flecos abundaran tanto como en una colcha. Además, Maquiavelo compró dos hermosas camitas gemelas, una de las cuales colocó junto a la ventana del dormitorio, y la otra en una habitación del cuarto piso, que eligió para habitar él.
Poco después de casarse, Maquiavelo debió viajar, enviado por el Consejo de Florencia, a entrevistarse con el cardenal César Borgia, el cual causó honda impresión en el florentino, a causa de su poderosa personalidad y de su extraordinario éxito, logrado gracias a sus numerosas habilidades y talentos tales como la habilidad para manejar el puñal y el talento para dosificar el arsénico—, junto a una cualidad debida al azar, como el hecho de ser hijo del Papa.

De la comparación de Savonarola y César Borgia habría de surgir en la mente de Maquiavelo la fórmula para triunfar en política, que expondría tiempo después en “El príncipe” “Todos los profetas armados han sido vencedores y los desarmados abatidos.

En 1512 se produjeron en Florencia cambios políticos, a causa de los cuales Maquiavelo fue desterrado por un año. Cuando le avisaron que debía hacerse humo, Nicolás explicó a su mujer que no podía llevarla con él, debido a los peligros que debería enfrentar, y se limitó a aceptarle una bolsita con florines y otra con pastelillos, para recordarla por el camino, en el que abandonó los pastelillos para que tuvieran un festín las aves del bosque. Desde entonces no hay gorriones en Florencia.
Tiempo después se vio envuelto en otra intriga política, y fue encarcelado. Después de esta experiencia, y decidido a no ver más el sol a cuadritos, se alejó de la política y en un retiro campestre escribió su obra cumbre, “El príncipe”. Aunque lo escribió por matar el tedio, ya que la conversación de los aldeanos del lugar lo aburría soberanamente, decidió sacar algún provecho del libro, y, con este fin, estampó en su primera página la siguiente dedicatoria:

DECÁLOGO MAQUIAVÉLICO
1. Mantener un ejército poderoso.
2. Aprovecharse de los débiles.
3. Dividir para reinar.
4. Eliminar sin asco a los posibles rivales.
5. Controlar la distribución de noticias.
6. Emplear hábilmente la propaganda, con el fin de convencer a los pueblos sometidos de que en realidad son libres.
7. Comprarse las simpatías de la clase poderosa de cada país sometido.
8. Obtener a cualquier precio el apoyo de las autoridades eclesiásticas.
9. Presentarse uno mismo como defensor de los débiles, de la justicia, del derecho, de la libertad, de la cultura y del progreso.
10. Desprestigiar a los enemigos de uno, describiéndolos como enemigos de la humanidad, de la libertad y de la cultura.


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